sábado, 18 de abril de 2020

Las odiosas "pruebas rápidas"

Ha causado gran impacto en la opinión pública el fallecimiento de Glider Ushñahua, el ex miembro de la Comisión de Justicia y DD HH del Congreso de la República, a quien no le brindaron la atención médica que suplicaba en el Hospital Regional de Pucallpa y en el Hospital Amazónico de Yarinacocha. Tenía todos los síntomas de COVID-19, pero la burocracia amparándose en el resultado negativo de una prueba rápida, prefirió negarle la atención mínima que requería el paciente, a quien se le envió de regreso a su casa alegando no disponer de cama, ni oxígeno.
Algunas conclusiones se hacen evidentes a la luz de lo ocurrido. Empezaremos por reconocer, que las pruebas rápidas definitivamente NO SIRVEN para descartar COVID - 19 en pacientes que presentan síntomas evidentes.Ya que en muchos casos, la persona que presenta varios de los síntomas arroja resultados negativos, pues por la naturaleza de la “prueba rápida” solo es efectiva para detectar mediante un análisis de sangre, la presencia de los anticuerpos que el organismo humano desarrolla en su lucha contra el SARS-CoV-2. Pero, los anticuerpos se desarrollan -en cantidad suficiente para ser detectados-, recién al cabo de varios días de ocurrida la infección. Entonces, hay un período importante de tiempo durante el cual la prueba rápida no es efectiva y dará como resultado un falso negativo. El día que le tomaron la muestra a Ushñahua, ya llevaba varios días infectado con el virus, pues su organismo sufría los efectos, presentando varios de los síntomas, pero su precario sistema inmunitario no había respondido al ataque con la producción de anticuerpos en cantidad suficiente para ser detectados. La otra opción sería que la prueba haya sido mal aplicada. 
También, queda demostrado que 'no es mayoría' el personal de salud dispuesto a inmolarse en el cumplimiento de su noble misión. La innegable falta de Equipos de Protección Personal (EPP) para ellos hace que, ante un posible caso de COVID-19 suenen las alarmas y el riesgo de contagio desate ese atávico instinto de supervivencia que bloquea al cumplimiento del deber. Así, al excongresista, que imploraba atención médica no se le permitió -ni siquiera- regresar al centro de salud. Le encargaron, al policía de servicio en el hospital, la innoble misión de impedirle el paso al paciente, enviándolo de regreso a su casa, donde inexorablemente le alcanzó la muerte. Si a un excongresista de la República, lo tratan así, qué le espera al ciudadano de a pie.
Aún cuando el precario argumento del policía aludido fue el resultado negativo de la prueba rápida, a los familiares les dijeron que no podían hospitalizar a Ushñahua por no tener cama, ni oxígeno disponibles. Mejor no hablemos de respiradores mecánicos.
Queda muy claro que la prueba rápida no se debe aplicar a personas con síntomas evidentes de COVID-19, sino sólo a las personas asintomáticas que estén dentro de un grupo de la población con altas posibilidades de haber sido contagiado. Esta prueba serológica permitiría geolocalizar los focos de contagio en esta pandemia.💀

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